septiembre 30, 2010 El farmacéutico fiel
Una de las preguntas que me formularon en la segunda entrevista que tuve para el puesto de farmacéutico comunitario, en la oficina de farmacia en la que estoy trabajando actualmente, fue:
¿Por qué escogiste Farmacia como tu carrera?
Buena pregunta. A menudo uno escoge la que va a ser su profesión de manera totalmente al azar, sin pensarlo seriamente. Realmente no sé si cuando escogí la carrera tuve unos motivos de calado y serios como para hacerlo. De todos modos no se puede pedir mucho al respecto.
La primera vez que me planteé el ser farmacéutico debía tener entorno a los 7 años, y creo yo que la influencia de Farmacia de guardia es mayor de lo que me gustaría. No obstante, no fue hasta el último momento, a la hora de presentar los papeles de acceso a la universidad, en que realmente escogí lo de estudiar Farmacia. Lo hice no tanto por una vocación por la farmacia comunitaria, como por el hecho de que podía aunar en una sola carrera las asignaturas de Biología y Química que al parecer me estaban gustando.
Pero una vez en la recta final de la carrera te das cuenta de qué implica el haber escogido Farmacia: la búsqueda de trabajo se antojaba relativamente fácil a priori, a pesar de estar en una época de recesión. Aunque solo en el sector de farmacia comunitaria. En ese momento es en el que te das cuenta que realmente no sabes si realmente estás preparado o tienes vocación para estar detrás del mostrador dispensando y dando consejo. Otros aspectos de la práctica profesional, como por ejemplo la industria o la farmacia hospitalaria, se ven lejanos, por el simple hecho de necesitar unos años más de formación, la cual uno no se puede permitir al pretender tener independencia económica.
No obstante, se acaba la licenciatura, o bien en breve el grado universitario, y sales a la palestra: la búsqueda de trabajo.
Entonces te planteas qué implica ser farmacéutico. Recuerdo que una de las últimas clases que tuve plantearon que el farmacéutico tiene que desarrollar 8 aspectos profesionales para convertirse en lo que ñoñamente denominaron «farmacéutico 8 estrellas«:
- Cuidador
- Proactivo en la toma de decisiones
- Comunicador
- Gestor
- Estudiante permanente
- Profesor
- Líder
- Investigador
Las expectativas parecen ser elevadas para una persona de la cual a menudo solo se percibe que vende condones y te endosa cremas cosméticas de utilidad dudosa y de eficacia reprobable. Aún así, se cabe admitir que la mala fama que hemos adquirido los del gremio está conseguida a pulso y con ganas; las oficinas de farmacia parece que tienen un mayor interés en la obtención de un mejor margen de beneficio que en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Esta mala prensa la tenemos que eliminar nosotros mismos y espavilarnos, ya que probablemente la eficiencia y la falta de errores de una máquina dispensadora acabe tirando al traste el papel activo en la salud de las personas que se presupone en el farmacéutico.
La crítica es buena, siempre que sea constructiva. La frescura de las ideas es buena, siempre que se sea suficientemente humilde como para escuchar voces más expertas.
La intención de este blog no es más que promover el debate, la comunión y el contraste de ideas entorno a la farmacia y la terapéutica. También pretende ayudarnos a mí, y a todo el que se quiera unir en el viaje, a la consecución de algunas de las características óptimas que debería tener todo farmacéutico: comunicador, estudiante permanente y profesor, y más difícilmente líder.
De todos modos esta tarea no se antoja ni mucho menos fácil, llevará su trabajo y sus horas, será necesario ser constante; actuar como el farmacéutico fiel, que se debe, como también a otras cosas, a su profesión y sobretodo, a las personas que dependen de su práctica profesional: los pacientes.
Etiquetas: Coaching, Farmacéutico, Farmacia
- 2 comments
- Posted under Coaching farmacéutico
Permalink # estudiante de farmacia said
Buen post, en verdad casi todo el mundo cree que la farmacia se limita a vender condones, descifrar recetas y decir que tomar para el resfriado, pero no es así, la culpa de esta imagen esta naturalmente en la oficina de farmacia que es más una tienda que lo que debe ser una farmacia comunitaria. Para que se haga verdadera atención farmaceutica hay tres opciones: opción a- Que el estado pague a los farmaceuticos por el tiempo dedicado a esto (cosa dificil de controlar), b-liberalizar el mercado, donde la atención farmaceutica, al haber igualdad de precios entre farmacia y una VERDADERA competencia puede ser un factor diferencial a la hora de elegir una u otra, o c, en mi opinión la mejor, integrar la farmacia en los centros de salud, obligando a que siempre alla en ellos un farmaceutico, que además de las labores de dispensación, haga atención farmaceutica, convirtiendo las farmacias actuales en meros centros de dispensación de especialidad farmaceuticas publicitarias, con lo que además se ahorrarian costes, ya que es relativamente mas barato pagar a un farmaceutico de plantilla, que los margenes que se lleva uno de farmacia comunitaria.
Pero lo cierto, es que mientras la oficina de farmacia goce de entidad de empresa privada pero sin competencia no se hará verdadera atención farmaceutica porque el farmaceutico no gana nada, mas bien pierde dinero haciendola.
Otra cosa que también opino es cuál es la razón que la licencia de apertura de farmacia sea la unica dentro de las profesiones liberales que se puede comprar y vender, acaso un notario le cede su notaria a su hijo, no se la tiene que ganar por oposición, ni tampoco la vende a un tercero. Y así nos va una masa de gente preparada sin farmacia condenado a emigrar o al mileurismo, mientras nos matamos por sacar media, mientras los hijos de farmaceuticos, en su mayor parte hacen la carrera sin preocuparse por medias no zarandajas, saliendo bastante peor formados
Permalink # Joan F. Mir said
Gracias a tí, estudiante, por tu comment. Ciertamente el modelo actual no acaba de alentar precisamente la atención farmacéutica de calidad. Pero no sé realmente cuál sería la mejor opción en ese sentido para alentarlo. Aunque según parece ser, la tendencia actual es a la remuneración de la atención farmacéutica, como se ha podido ver en los acuerdos para la creación de una cartera de servicios financiada, almenos en el ámbito de Catalunya. Hoy por hoy se me hace la opción más plausible, debido a la reticencia aparentemente existente al cambio de lo que algunos han venido a llamar (con mayor o menor acierto) el modelo franquista de ordenación farmacéutica (denominado así por haberse cuajado durante la dictadura). Yo, como tú parece ser, soy también uno de esos extraños especímenes que no ha heredado la farmacia; ciertamente esto tiene influencia en como se está llevando a cabo la práctica profesional diaria, pero sinceramente, no creo que la liberalización acabe siendo la panacea. Además los miedos existentes, fundamentados o no, de que este sea un primer paso para el establecimiento de oficinas según el modelo anglosajón, al estilo de Walgreens, en EEUU, Boots, en Reino Unido, o Farmacias del Dr. Simi, en México. El miedo a que el remedio sea peor que la enfermedad es muy grande, pero la corazonada de que todo sería mejor existe, entiendo por tanto tu punto.
Por otro lado, quería comentarte que la figura del farmacéutico en atención primaria existe ya actualmente, cosa que no supe hasta el final de la licenciatura. Lo que pasa es que sus funciones están bastante diluídas y se enfocan principalmente a la figura del farmacéutico gestor. Si se le diese más peso, siendo este farmacéutico el que dispensase ambulatoriamente, supondría un gran cambio de modelo, mucho más grande y creo yo que totalmente opuesto al modelo actual. Y por suerte o por desgracia, nuestro sector sigue siendo muy conservador, en muchos aspectos.
Por otro lado, estoy totalmente de acuerdo contigo: es paradójico que los permisos para la apertura de oficinas de farmacias sean bienes con los que se puede comerciar. Sería muy diferente si se crease un FIR de atención farmacéutica comunitaria y la plaza de titular, adjunto o sustituto se sacase como las plazas hospitalarias. Ahora bien, ¿en este caso sería lícito que continuase siendo una empresa privada? ¿No se apoltronarían los farmacéuticos una vez obtenidas las plazas fijas? ¿Cómo afectaría esto a la práctica diaria?
Pero bueno, actualmente algo se está moviendo en la farmacia, pero de todos modos no se moverá solo. Una vez más, gracias por tu comentario y espero que seas una pieza activa en el movimiento.